10 mayo 2012

cuentos de niña

Esta noche pálida, cae agua sobre mis penas, el frio estremecedor acaricia mi soledad, recuerdo aun tus ojos y piel morena, recuerdo con esta luna toda tu maldad. Me llamas y te excusas con mentiras, me miras y mientes sin piedad, me lloras y siguen las mentiras, y te vas, te vas de aquí por allá…. Uno: Mi amor soy muy feliz contigo. Te amo Dos: Por qué no me apoyaste cuando te necesitaba. Tres: Quiero el numero de mi amiga Cuatro: Por qué desconfías de mí, no te miento. Cinco: No tengo el código PIN. Seis: Es el enamorado de mi amiga. Siete: te odio, que bueno no estar junto a ti. Ocho: años junto a ti y nunca me has creído. Nueve: te vas a arrepentir. Diez: cuando quieras volver, ya no estaré ahí. Once: Recuerda la canción de Duncan Dhu. Doce: Soy libre, ahora hare todo lo que quieras. Trece: Me comento sin tenerlo que agregar. ………….. …………. Enumeraría sin fin, lloraría sin llegarme a cansar, me arrepentiré algún día, pero esta vez no volverá a pasar. Te quiero eso no se puede negar, te extraño, cada noche más, pero al recordar tu rostro manchado, te odio y más odio tu maldad.

26 enero 2011

MALDITO AMOR


Oliendo el mismo mal,
jugando por las aceras del infierno,
muriendo por ti estoy,
en este triste universo.

El fuego quema mis entrañas,
me sofoca el calor intenso,
quiero así aun estar contigo,
aunque triste y no contento.

Recuerdos malditos invaden mi mente,
hoy que estoy indefenso,
mi cuerpo te extraña,
cuando mi mente te quiere lejos.

Renuncio a mi maltrecho orgullo,
para tenerte junto a mí,
me condeno hoy a muerte,
para tenerte aquí por siempre.

Siento calor aun por dentro,
no es de amor ni de contento,
son las llamas del infierno,
que ya me quieren muerto.

Aunque muerto ya esté,
de esta condena y este atormento,
que hace que te ame,
aunque mates a este triste cuerpo.

LUIGUI

19 enero 2011

qué genial


Con el ritmo del cajón peruano, escuchando a lucha reyes ya son las 6 de la mañana, estoy aun despierto escuchando con atención a la persona más bestia y a la vez más culta que no pensaba conocer, su humildad no lo destruye como persona, ni su sabiduría lo eleva hasta el Olimpo como dios; me hablaba del origen de cada letra que escuchamos con el vaso agitándolo de un lado a otro, cada autor, cada cantante tenía su historia y él sí que la sabia, era excitante escuchar a todos coreando cada canción como si fuera nuestros últimos días de vida, con que amor, con una pasión. La fuerza de su mano daba en el cajón, con naturalidad, con sentimiento, era uno de esos cajones que se usan para guardar juguetes, pero que nos deslumbraba con el ritmo del mejor cajón del mundo. El sol del día nos alumbraba, como avisándonos que era momento de descansar, pero tal era la euforia que vivíamos en ese momento que el sol se puso a cantar con nosotros, nadie quería dejar de cantar, nadie, ni yo aunque no me sabia todas las letras las tarareaba diciendo ¡salud!
Esta bestia genial que conocí, me hablaba de todo, me estaba dando una clase magistral de música, pero no solo me enseño de eso, no como creen, me conto del origen de su colegio, de Eguren, que era el nombre de su colegio; me recito la Lámpara azul con un estilo que ni en los mejores recitales había apreciado; trataba de descifrar el acertijo de la poesía de Vallejo; y cuando pasamos al tema de deporte, no se quedaba atrás este era su fuerte, era su mejor tema para impresionar a todos, me conto sobre Lolo Fernández; sabia la vida de todos creo que hasta la mía, yo ya estaba asustado, pensé que en cualquier momento sacaba el aire mi vida secreta y muy controversial… Era un genio, pero al acabar la conversación no entendía, no cavia en mi cabeza por qué una persona con tantas dotes ganaba 20 soles diarios, por qué tenía que matarse físicamente, por qué tenía que rajarse el lomo, por qué tenía que sufrir, por qué.
Es la realidad de la vida, un genio ganando esta miseria, que hacía una vida paupérrima, que no servía para nada.
Nuestra bebida se termino, guardaron el cajón ya cansado de habernos hecho gozado toda la madrugada, los labios de todos se estaban secando producto del licor, y la conversación con esta bestia genial estaba llegando a su fin, dejándome impresionado, como muy pocas personas en esta vida me han dejado. Realmente era alguien genial.

LUIGUI

06 enero 2011

AÚN ESTÁ PRESENTE


Una confusión de recuerdos invade mi mente mientras me siento en un bar barranquino donde me parece verla aunque no estuviera ahí; como olvidar nuestro segundo encuentro luego de una noche intensa de pasión, luego de haber charlado de Balzac y ella haberme dado una mezcla de palabras, muchas desconocidas por mí, luego de habernos revelado muchas intimidades, luego de habernos escondido por temor a ser encontrados. Era uno de esos momentos melancólicos, donde mi voz empieza a cambiar y mi mirada a vislumbrar , la extrañaba, la recordaba, quería sentir sus labios por un segundo, pero no estaba ahí, solo me quedaba una quimera de recuerdos que guardo en mi mente; mientras me pido una jarrita de licor, para recordarla aun mas, para sentirla en mi vaso, para tener compañía aquella noche solitaria; como por obra del tino escucho la canción que le cante aquella noche, era una de esas salsitas nuevas del momento pero con una letra muy profunda, hasta me atrevo a decir muy dolorosa, levante con el ritmo de la música mi vaso y cante la canción como si estuviera ella allí presente, mientras pedía otra jarrita para amenizar la noche, mientras el licor se apoderaba de mi cuerpo, sentía la necesidad de hablarle y mirarnos hasta el amanecer, como antes. Seguía sentado en aquel bar, con el cuerpo dominado por el licor y los recuerdos, no soporte más y salí de allí. Camine por esas casas y locales antiguos de la avenida Grau para retornar así a mi casa, pero entes de abarcar el auto me detuve en un esquina de la avenida Bolognesi, frente a una casona antigua, de esas que están a punto de derrumbarse, el lugar donde la ame por segunda vez, donde nos besamos hasta extasiarnos, donde nos conocimos aun mas. juntos en aquel bar de Barranco.
Mi cobardía a quererla me obligo a alejarme de ella, a desaparecer de su lado, a terminar esta historia que estábamos construyendo juntos, mi corazón maltrecho hizo que no la llame mas, este nunca quiso recuperarse del daño que alguna vez le hicieron y que ella estaba dispuesta a curar. Mi vergüenza a que ella fuera la que diera los gustos, a que ella fuera la que trabaje mientras que yo pasaba por un mal momento, hizo que no la busque un instante más.
Estaba en el auto, con mi cuerpo balanceándose de un lado a otro, mirando por la ventana y viendo su rostro mirando al mío, la recordaba sin reparo, recordé el momento cuando me pregunto por qué no expreso lo que siento, por qué no digo te quiero, recordaba cada instante, saque mi celular y como por impulso marque su número, mientras esperaba escuchar su voz, prendí un cigarrillo para terminar la noche con olor a tabaco, y siento que contestan, junte mi oído al auricular para escucharla y pedirle perdón por alejarme repentinamente de ella, y luego de unos segundos escucho un murmuro, digo aló niña, y repentinamente escucho un voz masculina, me quede atónito, me quede mudo, no pude mas hablar y solo atine a colgar.
llegue a mi casa con mis ojos iluminados por la luna, y  mi cuerpo extasiado de licor, caminaba solo por impulso pensando en lo sucedido, y cantando aquella salsita de nuestra segunda noche 


(LUIGUI)

22 diciembre 2010

EL AMOR ERRADO DE SEBASTIAN

                                 

En ese lugar fúnebre estaba ella sentada, con la mirada más pura y fina que nunca en su vida pudo imaginar ver Sebastián, un hombre desdichado, rechazado por la sociedad por esas ideas locas de escritor, la única mirada que en su vida pudo observar que le dio interés fue la de aquella muchacha al entrar a ese nauseabundo bar. Sentado desde la mesa del frente él no le quitaba la mirada pero ella seguía mirando el umbral de la puerta, era otro rechazo que Sebastián sentía en su vida, otro deslumbrante momento que se convertía en cenizas repugnantes. Pensó tal vez que aquella muchacha no le quería dirigir la mirada por vergüenza a que él se dé cuenta la atracción que le propiciaba, y decidió escribirle una nota para sentarse juntos a charlar, el mozo se la dejo entre manos pero ella seguía mirando el umbral de la puerta rechazando otra vez el gesto de Sebastián, que no sabía su nombre, ni sus gustos, y no entendía por qué ella lo miró de la manera más linda al entrar el bar, estaba desesperado. De pronto mientras él meditaba el comportamiento extraño de aquella mujer de ojos azules tan bellos como el cielo de la noche, se escucho una explosión  dentro del bar, que pronto se convirtió en llamas NUNde fuego por el abundante alcohol, todos corrían despavoridos mientras que aquella mujer solo atino a ponerse de pie, pero así mismo no quitaba la mirada del umbral de la puerta, Sebastián quería ayudarla pero el fuego lo hacía imposible, le gritaba que corra pero ella seguía mirando aquel umbral, estaba un más desesperado, no quería dejara ahí a la única persona que con tan solo una mirada le dio cariño, amor, ternura y afecto que nunca antes había recibido, era capaz de arriesgar su vida por salvar a aquella mujer de ojos celestiales, quería aunque sea saber su nombre para recordarla como si hubiese sido suya, la amaba en segundos y no quería perderla; pero como era de esperar imperó su cobardía y las dudas de que tal vez ella esperaba a alguien que pase por aquella puerta del bar, que solo jugó con él y lo humillo mientras pudo,  ya no la amaba, la empezaba a odiar mientras quemaba aun más el fuego siniestro, pero aun no podía quitarse de la mente esos ojos azules tan bellos y cautivadores, aun con los pensamientos maquiavélicos que corrían por su mente quiso darle ayuda y grito para que ella se le acercase y salir por la ventana ya que la puerta que tanto miraba la muchacha estaba saturada por el fuego, pero ella no volteo a verlo para escapar seguía con la mirada hacia la puerta. Ya cansado de tantos esfuerzos decidió saltar por la ventana dejando ahí a aquella muchacha, y pensando que tal vez ella esperaba la llegada de su hombre por aquella puerta. Otra vez Sebastián quedo con la autoestima por los suelos, no entendiendo el porqué de aquella enamoradiza mirada, ni por qué aquella muchacha prefirió quedarse en el bar sin aceptar su ayuda, si tan solo lo hubiera mirado otra vez, hubieran escapado juntos..
Al apoderarse las cenizas del lugar, llego una mujer preguntando por la descripción de aquella muchacha, Sebastián le dijo que se quedo dentro, que no quiso recibir ayuda para salir, la mujer de avanzada edad solo lo miró y echó a llorar, cuando traían el cuerpo de la muchacha calcinado pero con los ojos aun abiertos, como para no perder su belleza y su majestuosidad de mirada; la señora abrazando el cuerpo de la muchacha solo dijo: NUNCA CONOCIÓ EL MUNDO, NUNCA CONOCIÓ AL AMOR, NUNCA HIZO USO DE ESOS LINDOS OJOS AZULES, NUNCA NOS VIÓ…

(LUIGUI)